domingo, 20 de diciembre de 2009

Rockodromo. Madrid. Fiestas de San Isidro. Lunes 12 mayo 1986




Revolución fue tan buen álbum como Salve, con breves y contundentes temas plagados de letras que te cincelaban el cerebro como los mandamientos a las tablas de Moisés. Los escuchábamos a todas horas.
 

Cuando nos enteramos de que La Polla tocaba en las fiestas nos preparamos: chupa de cuero, gafas de rock y algo de Amsterdam para elevar el espíritu, era todo lo necesario.
 

Barranco, el alcalde, era un mal imitador de Tierno Galván, porque gestionar la libertad que nos habían arrebatado es sólo tarea de genios. Los conciertos donde reinaba la anarquía estaban en vías de extinción, este fue de los últimos.
 

Los primeros acordes aceleraron el pulso de la basca y comenzamos a bailar pogo, primero sobre la tierra del anfiteatro y después, sobre el escenario. Los maderos “preparados”, a un lado de la escena, cuidaban de nuestra seguridad.



Desde el nivel del escenario se podían tomar buenas fotos, pero sin flash se complicaba: un ojo en el visor esperando la luz de algún foco, otro ojo para esquivar escupitajos y otros


objetos voladores, y el resto de los sentidos sobrestimulados.





Ahora que la Revolución solo se puede encontrar en el mundo virtual, llegan a mi cabeza los ecos de las letras de La Polla:


Banqueros que roban sin palanca y de día.
Congresos para meterlos dentro de un marco ¡que monada!
Africanos que se afilan los pocos dientes que les quedan bajo nuestros opulentos culos

y el mar azul, lleno de ful...

“En fin veo el paisaje,
pero por mucho que miro
no veo crecer países 
por ninguna parte.”








2 comentarios:

  1. Veo cortados los pies de algunas fotos.
    el mundo se ha vuelto de pitimini.
    leamos a Baudelaire.
    leamos Boris Vian.
    Estoy harto de tanta "media" almibarada

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  2. Gracias Felipe, ya está corregido (ahora también se ve con una resolución de 1024).

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